martes, 15 de septiembre de 2009

Tecnología en las aulas


Enrique Martínez Salanova dice en su artículo dirigido al uso de las tecnologías en el aula, que aplicación de tecnología no se confunde con máquinas y artefactos sino que tiene que ver más con la organización de medios y recursos que con los mismos medios. En este sentido prioriza una planificación bien organizada y fundada, creativa en función del aprendizaje y no solamente como mero recurso auxiliar o de moda. Señala también la importancia de aquel que está encargado de planificar de tal manera que pueda hacer cualquier recurso útil.
Por otro lado el autor exalta la importancia de una educación integrada de los medios de información y comunicación para una adecuada y coherente inserción laboral y profesional de cualquier alumno. Con esto quiere decir que en el contexto actual las exigencias laborales requieren de sujetos que sepan aplicar eficaz y flexiblemente este tipo de tecnologías. Asimismo habla de una modificación en las funciones de los profesores como meros transmisores de informaciones. Exige un cambio en los métodos rutinarios que sirven, como dice el autor, para que el profesor se libere y preste su atención hacia la función orientadora la que implica planificar y producir materiales audiovisuales adecuados a las necesidades de los destinatarios. Para ello propone la colaboración de los especialistas en el manejo de los medios quienes deberían ayudar a que los docentes diseñen y planifiquen para sus clases diarias correctamente.
Hasta aquí su propuesta me parece un poco utópica. Creo que sería ideal el trabajar de la manera que propone pero las realidades en las escuelas demuestran gran frustración y desencanto. En primer lugar no se cuentan con los medios y recursos para seleccionar y elegir el mejor y adecuado para el contenido, objetivo y alumnos destinados como invita el autor. Los recursos tecnológicos en las escuelas suelen ser escasos y no se disfruta de la comodidad de instalación que requerirían para su uso cotidiano. Generalmente suele ser tan poco práctico poner en movilidad o a los alumnos hacia un lugar específico o a los medios tecnológicos con el riesgo que esto supone. Y como ya se dijo los recursos no son variados por lo que se cae en el uso rutinario y sin fundamento de los mismos de siempre.
Aún así no todo es tan apocalíptico y desesperanzado. Concuerdo con lo que dice el autor con respecto a que lo que hace de un recurso útil es la creatividad y planificación de los mismos en correspondencia con la tarea requerida. Pero lo triste es que, muchas veces, la elección de los recursos y medios está limitada y determinada por factores como la disponibilidad de equipos y la conveniencia de los costos. El mismo escritor reconoce la carencia de programas educativos disponibles y de calidad. Aunque en la actualidad existen grandes avances su incorporación en el aula no va al mismo ritmo por las mismas razones antes dichas de incomodidad y precaria infraestructura.
Para finalizar quiero recodar lo que señalaba el autor en una parte del texto donde decía que los materiales audiovisuales no deben ser considerados como meros accesorios o soportes sino como estímulos de los contenidos. Y también que la importancia es usar el material de manera creativa e idónea en función del aprendizaje, y no sólo por que está de última moda. Ni en detrimento de lo tradicional ni de lo tecnológico actual sino encontrar el sano equilibrio siempre en beneficio de una buena educación.

1 comentario:

  1. El planteo de la productora de esta crítica es plausible, ya que vislumbra la otra cara de la moneda. Los avances tecnológicos en la educación no son concretos y los intersticios que presenta están llenos de jóvenes que desconocen tales propuestas renovadoras, o en el mejor de los casos poseen una infraestructura que no es explotada ni explorada por los docentes a cargo.
    MARGARITA VILLA

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