lunes, 26 de octubre de 2009

SABERES HOY

Jesús Martín Barbero habla en su ensayo, sobre la mutación en la circulación de los saberes, por la difuminación de las fronteras que separaban los conocimientos académicos de l saber común. La nueva era de la tecnología ya nos permite acceder a informaciones de todo tipo a través de la red. El conocimiento se sale del libro el cual fue soporte durante varios siglos. Pero esto no quiere decir que lo reemplace.
Barbero plantea que este cambio en la circulación del saber es importante y harto significativo para las sociedades. Ya que el conocimiento, sinónimo de poder, estuvo legitimado y detentado sólo por algunas figuras sociales de la historia. El descentramiento significa que el conocimiento se escapa de los lugares sagrados que lo legitimaron por tantos siglos, como la escuela, los libros, la iglesia, la ciencia positivista, etc. Sin embargo, como dijimos anteriormente no reemplaza al libro sino des-centra el eje letrado de la cultura occidental, es decir, deja vacilando al modelo de aprendizaje lineal, ordenado y secuencial que instituye el mundo escolar.
Por otro lado, el sujeto de la educación tampoco es el mismo que moldeó la modernidad. Hoy en las escuelas tenemos adolescentes que se caracterizan por sufrir una constante inestabilidad y fragmentación de su identidad. Y esto se debe, principalmente, a que ya no existe un modelo central al que seguir o aspirar sino que la sociedad ofrece hoy múltiples referentes e interpretaciones por lo que el sujeto puede identificarse desde diferentes ámbitos con diferentes espacios, oficios y roles. Entonces, es por eso, que los adolescentes buscan nuevas formas de relacionarse o expresarse, ya no con las palabras, sino de una manera corporal sobrevalorando la sensibilidad y subjetividad. Estas actitudes inestables tienen mucho que ver con que advierten que la sociedad no les ofrece una mínima claridad sobre su futuro laboral, profesional, ni moral.
El autor nos habla del concepto de trasnversalidad que no solo se remite al de transdiciplinaridad, ya que no son sólo las fronteras entre los saberes las que se quedaron obsoletas, sino entre los saberes, deberes, entre investigación y proyecto de sociedad. La trasnversalidad pasa por romper con aquellos antiguos prejuicios que separaron las artes de las ciencias. Bechelard planteó que la imaginación humana era sólo una, que comparten el poeta y el científico, el físico y el matemático, el músico y el bailarín. Se debe replantear aquellos saberes que la escuela considera como culturales y dignos de transmisión y enseñanza. Entonces argumenta que se debe rescatar aquellos saberes que son indispensables y socialmente útiles aunque no funcionalizables en el sentido mercantilista de competitividad y rentabilidad que fomentan hoy en día los sistemas educativos. ¿Cuáles serían esos saberes indispensables? Por un lado tenemos los saberes lógicos-simbólicos, cuya importancia reside en su capacidad de forjar una mentalidad en consonancia con el mundo del conocimiento y con el de las tecnologías informáticas a partir de las destrezas lógicas que ambos requieren. En otro lugar, bastante desvalorizado, se encuentran los saberes históricos. Estos son aquellos saberes capaces de interpelar la conciencia histórica, es decir, recuperar aquello de lo que estamos hecho sin lo cual no podemos saber ni qué ni quiénes somos. Es necesario construir una historia que nos permita situarnos, ubicarnos en una escala de tiempo, para poner el hoy en perspectiva y des naturalizar y evitar los determinismos, para que haya horizontes y proyectos de futuro y no de una eterna repetición de los actual. Por último tenemos los saberes estéticos. Estos son los que tienen que ver con la sensibilidad. La propuesta es reconocer los saberes que entrañan las formas de lo expresivo, que pasan por el cuerpo, la emoción, el placer. Saberes que en la modernidad el racionalismo los relegó al campo de la imaginación. Reconocer que la inteligencia es plural, como dice Barbero, se manifiesta de múltiples formas.


FUENTE: Jesús Martín Barbero

martes, 13 de octubre de 2009

HUIDA PARA EL ENCUENTRO

Poema de Paul Verlaine, simbolista francés del siglo XIX.




El hogar y la lámpara de resplandor



pequeño;



la frente entre las manos en busca del



ensueño;



y los ojos perdidos en los ojos amados;



la hora del té humeante y los libros



cerrados;



el dulzor de sentir fenecer la velada,



la adorable fatiga y la espera adorada



de la sombra nupcial y el ensueño



amoroso.



¡Oh! ¡Todo esto, mi ensueño lo ha



perseguido ansioso,



sin descanso, a través de mil demoras



vanas,



impaciente de meses, furioso



de semanas!

PROBLEMAS Y RETOS EDUCATIVOS ANTE LAS TECNOLOGÍAS DIGITALES EN LA SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN


El profesor Manuel Moreira, habla de una transformación desde un modelo de sociedad industrial hacia un a sociedad de la información y llama a este proceso o fenómeno configurado por la aparición y omnipresencia de las tecnologías digitales “la tercer revolución industrial”. También destaca a la globalización como el fenómeno histórico más representativo del presente. La globalización o mundialización significa la superación de los límites espaciales de las fronteras locales o nacionales para actuar a un nivel planetario. Dicho proceso se viene gestando hace siglos atrás, la tecnología no es la causa de este fenómeno, sino que actúa como motor acelerador de tal proceso. El autor habla de una relación estrecha entre las tecnologías y el contexto social en que se emplean, una interacción simbiótica, en palabras del mismo. Lo que significa que las tecnologías sin una economía capitalista defensora del mercado libre, sin una sociedad de consumo en masa, sin la hegemonía política y económica de la cultura occidental, no hubieran tenido el avance y desarrollo producido en estos últimos años. Y viceversa, sin la presencia de las redes y los medios de comunicación sociales, probablemente el fenómeno de la globalización no seria un a realidad tal como la conocemos en el presente.
Tomando a J. Echeverría, el autor plantea distintas perspectivas y posiciones sobre el papel de las nuevas tecnologías. Identifica cuatro grandes discursos o categorías:
Un discurso mercantilista, divulgado por los sectores industriales vinculados con la nueva economía. Para este discurso la sociedad de la información es un foco comercial. Evidentemente su tesis se apoya en los principios económicos liberales los cuales guían y rigen el desarrollo y crecimiento de la sociedad.
Por otra parte existe un discurso crítico-político que defienden a las tecnologías digitales considerando que estas están al servicio del desarrollo social y humano.
Un tercer discurso sería aquel que se denomina tecnocentrista. Este discurso roza la mitificación de la tecnología digital ya que se la considera como centro de los cambios sociales y culturales. Late l acreencia de que las nuevas tecnologías conducirán hacia un a sociedad más avanzada y perfecta.
Y finalmente el cuarto discurso es el apocalíptico, este visualiza la acción de la tecnología como una invasión que atenta a la cultura y representa el fin de los ideales y valores de la sociedad moderna.
Como ya todos sabemos las tecnologías facilitan las comunicaciones, permiten el acceso a un gran caudal de información de forma rápida, proporcionan eficacia y calidad de los servicios, proyectan nuestras conciencias hacia un a perspectiva global de la realidad superando la visión estrecha y localista, entre otras ventajas. Algunos de los efectos perniciosos que me gustaría remarcar son: la agresividad creciente hacia las culturas diferentes de aquella que difunde la globalización cultural hegemónica, también provoca una notable desigualdad social con respecto al uso ya que no todos tiene la posibilidad material y habilidades adecuadas para usarlas y comprarlas.
La educación también tiene dificultades para adaptarse y adecuarse al cambio constante de la sociedad. Las tecnologías llevan un proceso de cambio demasiado corto temporalmente y acelerado lo que distancia más el proceso de adaptación de las escuelas. Este proceso vertiginoso obliga a los adultos docentes un enorme esfuerzo formativo para estar al alcance de los cambios y de sus alumnos, quienes se adaptan demasiado rápidamente al contexto actual por haber crecido en él. El desconocimiento del uso de las tecnologías hoy es equiparable al lo que antes representaba el no saber leer y escribir lo que conllevaba a la exclusión de muchos sectores de la sociedad. Por ello la alfabetización tecnológica es una condición necesaria en la actualidad, y una meta de la escolaridad sería poder brindar esta oportunidad a toda la sociedad. Pero para poder enseñar estas nuevas prácticas es condición imprescindible que los adultos lo hagan primero. La sociedad de trabajo actual también requiere y exige el conocimiento del manejo de las tecnologías. Por todo esto la educación no puede desprenderse de estos cambios. Las informaciones se encuentran accesibles en fuentes diversas pero aún así no siempre se sabe transformar dicha información en conocimiento. Es por esto que el reto de la educación consiste en formar, en cualificar a los sujetos como usuarios inteligentes de la información que les permita distinguir lo relevante de lo superfluo. Pero como siempre el qué hacer está bastante claro y consensuado pero lo difícil es lograr el cómo ponerlo en práctica y en qué condiciones. La realidad de las escuelas dificulta enormemente estos propósitos y lamentablemente las política educativas no son coherentes con las diversas realidades ni demuestran verdadero compromiso. Por lo que el uso de la tecnología, no en todos los casos, es limitado, desigual y bastante alejado de la alfabetización necesaria para la inclusión y desarrollo en la sociedad actual.

FUENTE: Manuel Area Moreira

martes, 6 de octubre de 2009

HUIDA PARA EL ENCUENTRO


Al Mar

de Alexander Pushkin, poeta ruso del siglo XIX


¡Adiós, libérrimo elemento!

Contemplo por postrera vez

tus olas célicas al viento,

tu hermosura y altivez.


Cual queja triste de un amigo,

como su voz de despedida,

tu imperativo, mustio ruido

por vez postrera se avecina.


¡Límite ansiado de mi alma!

Por tus orillas en tinieblas

tan a menudo yo vagaba,

atormentado por mi idea.

¿Y no amé tu eco acaso,

todo el fragor de tus abismos,

y el silencio al ocaso,

y el arrebato advenedizo?

La barca fiel del pescador

que guardas tú, mar, por antojo,

roza el oleaje con valor,

mas desenfrenas tu enojo

y se hunde en banda la mejor.
No supe, al fin, abandonar

tu orilla inmóvil, aburrida,

ni alegre agradecerte, mar,

y por tus crestas orientar

mi tan poética huida.


Oí tu voz, encadenado,

en vano mi alma se partía:

de una pasión quedé encantado

y no abandoné tu orilla.

No lo lamento. ¿A dónde, es cierto,

quisiera, indolente, ir?

Un solo punto en tu desierto

me admiraría en el vivir.


Oh, mar, conmueve hoy las olas,

el poeta siempre fue tu vate.

Tu imagen fue su distintivo,

tu alma lo forjó sensible,

igual que tú, hondo y sombrío,

también potente e invencible.

Quedó vacío el mundo… ¿A dónde

me llevarías, mar hermano?


¡Adiós, pues, mar! No he de olvidarme

de tu espléndida belleza,

y oiré al caer la tarde

tu voz, fragor que embelesa.

Al bosque, a la llanura hosca,

pleno de ti, me llevo ahora

tus claroscuros, golfos, rocas

y el murmullo de tus olas.


Alexander Pushkin, 1824

RIESGOS Y PROMESAS DE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS DE LA EDUCACIÓN


En la actualidad existe un nuevo modo de configurar, adquirir y asimilar la información que tiene que ver con la expansión de las nuevas tecnologías y de lo que se ha llamado hipertexto. El hipertexto es un modo de diseño o composición y un proceso de escritura que presenta el material textual y las ideas de forma entrelazadas con múltiples posibilidades de lectura y recorrido. Permite y fomenta la realización de asociaciones laterales además de lineales, conectar ideas y textos mediante enlaces y yuxtaposiciones, y no necesariamente obedeciendo a una secuencia lógica.
Estas nuevas fuentes y métodos técnicos para organizar la información objetan las ideas tradicionales acerca de qué es un texto, qué significa leer, y cuál es la relación entre un autor y un lector. Estos cambios cuantitativos, en el sentido del volumen de información al que se tiene acceso, la velocidad de acceso y la cantidad de enlaces que posibilitan, pueden impulsar a un cambio cualitativo en los procesos de lectura y construcción del conocimiento. Los cambios mencionados ponen, por lo tanto, en cuestión las teorías y prácticas educativas tradicionales.
Quienes fomentan esta nueva forma de escritura y lectura de los hipertextos fundamentan su utilización comparando la estructura que estos presentan con los modos en que aprendemos. El crítico Burbules dice: “este proceso de selección y asimilación activa de la información nueva a partir de estructuras cognitivas coherentes para cada persona, combina las posibilidades del hipertexto con las teorías constructivistas del aprendizaje, en especial con la de los esquemas.” De este modo, los hipertextos nos ofrecen información que están entrecruzadas y permiten a la persona realizar múltiples asociaciones que serán particular para cada una ya que dependerán de sus conocimientos previos e intenciones.
Por otro lado los hipertextos requieren de otro tipo de lectura, diferente a la literal y lineal. Se dice que proponen una lectura interactiva. El lector modifica el texto activamente, lo personaliza y lo hace propio. Como consecuencia del inmenso caudal de información que brindan también aumenta la necesidad d e seleccionar, decidir qué texto leer, suponer cuál será mejor, tarea clave del lector competente. Por eso mismo existe cierta clasificación de tipos de lectores en los cuales se piensa a la hora de producir y diseñar un hipertexto. Así están aquellos que solo navegan sin ningún punto de referencia previo. No se los considera verdaderos lectores y se afirma que tienen mayor posibilidad de perderse en la red. Están los lectores usuarios que si presentan una intención o idea de qué s e busca en la red pero su actividad finaliza cuando lo encuentra y subsana esa necesidad. Luego encontramos a los hiperlectores, los cuales no sólo tienen claro lo que quieren sino que interactúan y dejan sus huellas, crean, generan activamente. Para que esta interacción sea posible el medio debe brindar una estructura dialógica, es decir, permitir la respuesta del usuario.
Sin embargo, el caudal de información ofrecida por los hipertextos sin una guía y control del proceso para que sea significativo posee riesgos que no son menores en importancia. Algunos de ellos son: la posibilidad de perderse en ese caudal de información, o el repaso y recorrido veloz por la información a causa de la gran cantidad y por necesidades acuciantes, o la adquisición de información fragmentada y descontextualiza.
Estas, entre otros posibles riesgos, pueden ser subsanados, en el plano de la educación, con la intervención del educador en tanto mediador y facilitador de las herramientas necesarias para que lleguen concretarse los procesos de aprendizajes que consisten básicamente en l a interpretación y organización de la información en contraposición de la mera adquisición de datos. La obtención de conocimientos que se fomenta es la construcción activa de la comprensión por medio de la búsqueda, la selección y la resolución de problemas.
Otro dilema que emerge es la posible desigualdad educativa ya que no todos los alumnos tienen la oportunidad de poseer las herramientas materiales e instrumentales que se requiere para el manejo del hipertexto. Esto es posible a través de un medio on line y lamentablemente ni las escuelas ni en los hogares de la mayoría se posee estas condiciones.
Por otro lado la misma tecnología que ofrece la posibilidad de acceso al conocimiento de forma liberada también puede concentrar de forma hegemónica la información en manos de unos pocos productores.
Por ello, la educación tiene que intervenir de modo que oriente y conduzca en el recorrido a través del texto a los alumnos. Así adquieran habilidades, para diseñar, interpretar y organizar la información y puedan hacerlo cada vez más independiente y reflexivamente.
Fuente: Nicholas C. Burbules
Thomas A. Callister